Las 8 claves para la gestión del cambio de John Kotter.
Los trabajos de John Kotter están centrados en las áreas de liderazgo y cambio y, como tal, exponen como el cambio se ha convertido en una destreza esencial que hay que cultivar no solo por parte de la dirección sino también por todos aquellos mandos intermedios que se encuentran en eslabones más bajos de la cadena de mando.
De esta forma, estructura el cambio exitoso en 8 claves que nos dirigen en todo el proceso y que marcan una hoja de ruta a seguir en todos los cambios que emprendamos en la empresa, ya sea de gran relevancia como un cambio menor. A continuación, voy a realizar un pequeño repaso por cada uno de estos pasos:
Lo más difícil del cambio es hacer comprender al resto de los implicados la necesidad de llevarlo a cabo. En esta primera etapa se puede utilizar el sentido de urgenciapara comenzar a actuar inmediatamente exponiendo las consecuencias de no hacerlo, para así aportar las implicaciones negativas. También, se puede utilizar la excitación inicial que se produce al ver un cambio, antes de que pensemos en todos aquellos pasos que vamos a tener que realizar y aparezca la resistencia a realizar esas modificaciones.
Una vez ya tenemos la urgencia de realizar el cambio, hay que establecer un equipo guía que disponga de capacidad de liderazgo, credibilidad, autoridad, facilidad para la comunicación, capacidad de análisis y sentido de urgencia. Este equipo es el que dirigirá cada una de las acciones y establecerá la dinámica del cambio, impidiendo que en los pasos posteriores el cambio se paralice, a la vez que limita la resistencia del cambio.
Llegado este punto, es el momento definir qué hacer, cambiando la estrategia que hasta ese momento se empleada y adaptándola a la nueva visión del futuro. En este punto es necesario establecer las pautas, responsables, periodos de tiempo y verificaciones que se van a llevar a cabo para que esa visión de futuro que, de momento, todavía es un esbozo en papel se convierta en realidad en un futuro cercano.
Una vez todos los implicados tienen interiorizado la necesidad de ese cambio y su urgencia, tenemos un grupo guía y planifica que pautas se van a seguir, lleva el momento de controlar que el cambio vaya tomando fuerza, tal y como veremos en este punto y los siguientes hasta el séptimo. Inicialmente, es necesario que el mayor número de personas comprendan y acepten la estrategia adoptada y para ello llevar a cabo una correcta comunicación es clave. En este punto hay que derribar un mito ya que el cambio no se fragua y se realiza en la dirección sino que toda la empresa influirá en el mismo y es que son ellos los que van a hacer posible que esa nueva visión se haga realidad.
Es esencial también eliminar los obstáculos que impidan que otras personas de la empresa que quieran hacer realidad la visión del cambio puedan actuar para lograr ese objetivo. Si limitamos en este punto la implicación de los miembros de la empresa al limitar su capacidad de actuación no permitiremos que el cambio siga siendo un objetivo común y, por lo tanto, motivaremos la aparición de resistencia al cambio al verlo como una imposición.
El cambio puede suponer un largo camino hasta alcanzar el objetivo final, por lo que, para evitar la fatiga de todos los implicados y motivar que sigan apoyando la labor realizada por el equipo guía es necesario presentar los éxitos a corto plazo que se han ido produciendo. De esta forma, se ve más cerca la finalización del cambio y permite que la implicación no se vea mermada con el tiempo al percibir que el trabajo realizado está cobrando sus frutos.
Desde este primer éxito, es clave que el cambio siga evolucionando de forma infatigable. Uno de los mayores riesgos a los que se enfrentan todas las empresas al adoptar el cambio se produce en este punto, al percibir que se ha logrado uno de los primeros objetivos y relajarse permitiendo que se olvide el sentido de urgencia y se produzca una parálisis que supondría volver a comenzar todos los pasos.
Por último, no solo es clave llevar a cabo el cambio sino mantenerlo en el tiempo. Una vez el cambio se ha llevado a cabo, hay que establecerlo y darle fuerza para que se establezca en el tiempo y se eliminen las viejas tradiciones, eliminando con ello el riesgo de que se vuelva a antiguas formas de actuar que supondrían un retroceso.
A través de estos ocho pasos, John Kotter establece las ocho claves para lograr el objetivo que persiguen todas las empresas al enfrentarse a una situación de modificaciones y adaptaciones a nuevas necesidades y dinámicas: una gestión exitosa del cambio.