Borja Arrizabalaga
La eficiencia empresarial en España

La productividad en España es inferior a la de casi todos los países europeos (excepto Portugal y Polonia), su eficiencia no es tampoco destacable y, sin embargo, los españoles estamos entre los trabajadores que más horas pasan en la oficina. Nada menos que una media de 1.780 horas por año, según datos del Institut National de la Stastistique et des Études Économiques (INSEE) y de la OCDE, en España.

Esta cifra astronómica sólo la superan Japón con 1.790 horas, Estados Unidos con 1.800 horas y Corea del Sur con 2.100 horas. Tres países que alcanzan cotas de productividad superiores a las nuestras, por otra parte. Entonces, ¿qué es lo que falla?

Dentro del continente europeo, estas jornadas laborales no son la tónica general. Por ejemplo, en el Reino Unido su media está en torno a  las 1.630 horas, muy similar a la de Suecia con 1.600 horas. Los países centroeuropeos bajan el listón: Francia 1.540 horas, Alemania 1.410 horas y Holanda 1.390 horas. Incluso otros países del Sur de Europa tienen un horario laboral más razonable, como es el caso de Italia con 1.560 horas.

La permanencia en la oficina y el figurar en el puesto de trabajo, una costumbre muy española, nos aleja de la productividad, que se basa en:

  • Un mejor aprovechamiento del tiempo.
  • Mayor calidad de la actividad realizada.
  • Eficiencia empresarial positiva.

eficiencia empresarial positiva

Las claves de la eficiencia empresarial

Rendimiento y productividad son factores necesarios para garantizar el éxito de una empresa. Sin embargo, el mantenimiento de ese nivel es el resultado de un proceso de acumulación de buenas decisiones y de trabajo riguroso, un esfuerzo que involucra a todos y requiere de compromiso.

La intuición, la improvisación y la suerte quedan fuera de este ámbito. En cambio, son requeridos profesionales competentes que aporten valor al negocio, una cultura de empresa sostenible y fuente de pensamiento unificado y la implementación de buenos hábitos laborales inspirados en la disciplina. Son las claves de la eficiencia y el punto de partida de la generación de las condiciones óptimas para garantizar la satisfacción en empleados, clientes, proveedores, distribuidores y toda la red de contactos del negocio.

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Reconocer una empresa eficiente es sencillo, ya que todas las que lo son presentan los siguientes atributos básicos:

  • Creación de valor y generación de riqueza.
  • Definición clara de objetivos y adecuación de planes para garantizar su consecución.
  • Forma sistemática de operar aplicada a procesos y sistemas, orientada a resultados positivos.
  • Conocimiento y preocupación por satisfacer las necesidades expectativas y deseos de sus clientes.
  • Diseño de planes de desarrollo y mejora continua.
  • Fomento de los programas de motivación laboral.
  • Promoción del desarrollo profesional de los equipos de trabajo.

Cuando una empresa alcanza la eficiencia, su principal objetivo y su prioridad ha de ser mantenerse y seguir creciendo. Para ello es necesario el compromiso de todas las partes y el diseño de una estrategia sobre la que continuar progresando.

 “Sólo sobrevivirán las empresas que perseveren con inteligencia en el propósito de mejorar la calidad, la productividad y el servicio; ofreciendo productos y servicios que tengan mercado.”                                 W. Edwards Deming   en “Out of the Crisis”, 1982

Innovar o  mejorar no sólo es necesario, es indispensable para la supervivencia, es parte de la actitud de mejora que debe existir en toda empresa o proyecto. Las que debido al éxito se estanquen, verán como otras ocupan su puesto, ya sea con  alguna mejora del producto, de su servicio o del precio. De cuando en cuando la mejora gradual será insuficiente y se requerirá un cambio paradigmático: innovación.

¿Para qué innovar? Para mejorar el producto, servicio al cliente y los procesos empresariales de forma que los costes se reduzcan vía eficiencia (no al revés). Hoy sabemos que el orden es fundamental.

La mejora y la innovación no deben ser una situación ni ocasional ni aislada. La mejora y la innovación deben formar parte de la cultura de la empresa para el logro de los propósitos comunes y compartidos.

Argumentábamos que la gestión directa sobre los costes ha sido una práctica errónea ya que induce a error:

¿Cuál es pues la solución? No focalizarnos en los costes sino en la mejora, la eficiencia y la calidad.  Siempre con el cliente y el mercado como referencia.

Continuamente encontraremos ideas para hacer las cosas mejor, lo que beneficiará al cliente y al mercado, con lo que aumentarán las ventas y los costes fijos por unidad disminuirán. Pero se reducirán también los costes de la ineficiencia, de tareas sin aporte de valor. Esto produce una gran satisfacción a todos los miembros de la empresa, directivos y empleados, todos intentando aportar sus ideas de mejora.

Gestionar la mejora no es pues una actividad individual sino colectiva, de equipo, de la empresa. Para fomentarla hay que establecer una serie de valores en la cultura empresarial:

  • Eliminar el miedo y potenciar el flujo espontáneo de ideas.
  • Evitar enfados y tensiones que inhiben la comunicación fluida.
  • Entender que conocer la verdad es prioritario.
  • Fomentar la colaboración.
  • No juzgar ideas a priori.
  • Persuadir.
  • Comunicar.
  • Cuestionar a posteriori las conclusiones, pero no a las personas.
  • Analizar toda la información obtenida.
  • Utilizar y entender herramientas de ayuda existentes. Hacerlas llegar a los empleados.

Ello requiere el uso de herramientas adecuadas. Sobre ello, todo el conjunto de políticas y herramientas para fomentar una mejora eficiente, es de lo que trata mi último libro “Quiero mejorar mi empresa – Herramientas para crear valor”, publicado por Deming Collaboration Library. Desarrolla más allá de las ideas lo que se explica en “La Quinta Perspectiva”.

A su vez, desde Deming Collaboration ponemos a disposición de profesionales y directivos herramientas Excel para facilitar la mejora en los mismos términos que utilizaba Deming y que el libro explica.

Modelo Organizativo: Parte IV: Eficiencia empresarial en España: De la gestión de costes a la mejora e innovación

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