Uno de los perfiles que más está cambiando es el de directivo. Hasta tal punto que tan solo un tercio de estos profesionales cuenta con las habilidades y competencias necesarias para hacer frente a los retos que plantea la próxima década. Así lo establece la consultora de Recursos Humanos, People Excellence. Desde dicha organización, apuntan cuáles serán los pilares fundamentales sobre los que se apoyará el management del futuro:
Globalización
Las nuevas relaciones comerciales y profesionales exigen conexiones a distancia. Por lo tanto, los directivos del mañana deben ser capaces de liderar equipos deslocalizados en la distancia. La delegación, la responsabilidad y el compromiso pasan a ser las bases de la gestión. Todo esto implica la implantación de nuevas herramientas y estrategias que faciliten e impulsen el desarrollo de los equipos humanos. Dominar espacios y entornos digitales, así como tomar conciencia de los elementos multiculturales de la organización, es un must en responsables de dirección.
Empoderamiento
Corriente y metodologías como el selflearning o collaborative learningse han hecho posibles gracias a las nuevas tecnologías. El acceso a la información y el conocimiento ha de ser inmediato y fomentado por parte de los directivos. Los líderes del mañana deben ser capaces decubrir las necesidades de formación de sus empleados y garantizar oportunidades de crecimiento profesional y personal. Esto garantizará la fidelización y confianza del trabajador en la organización.
Diversidad
Durante la próxima década, los directivos deberán gestionar eficazmente las diferentes generaciones que formarán sus organizaciones. La realidad es que los puestos de responsabilidad de mañana serán ocupados por los millenials de hoy. Esta generación, híper formada y nativa digital, está profundamente influenciada y movida por la filosofía y valores de “worklife balance”, con una visión particular del compromiso, la responsabilidad y el éxito profesional. Saber encontrar el balance y la armonía entre las diferentes generaciones, sacando el máximo partido del talento de cada una, será uno de los grandes retos de la gestión empresarial.
Influencia
La cultura empresarial tradicional impartida históricamente en seminarios de alta dirección, basada en jerarquía y rango, pasa a ser sustituida un nuevo enfoque apoyado en la influencia del líder y la orientación hacia la estrategia conjunta. El lugar de trabajo de los directivos deberá pasar del despacho a cualquier punto de la organización para adquirir una visión 360º y anticipar la respuesta del mercado.