Después del tremendo impacto de la crisis de 2008 y 2009 parecía que una vez paliados sus efectos con medidas más o menos drásticas de ajuste y tras un número suficiente de años, el mundo y Europa y España en particular iban a volver a la senda del crecimiento. Sin embargo y aunque desde entonces haya habido algunos repuntes de actividad todo apunta a que se trata de una situación transitoria y no estable, e incluso a nivel macroeconómico hay ya muchas y reputadas teorías que hablan de una ‘nueva normalidad’ o ‘estancamiento secular’, caracterizada por un lento crecimiento económico a nivel global.

Esta situación obliga a las empresas a moverse en un entorno complicado dónde el cambio va a ser constante y que va a suponer la creación de estructuras más flexibles con una combinación de estrategias a muy corto plazo – horizonte de 1-2 años – con apuestas de mayor alcance que han de ser sostenidas en el tiempo pero que no pueden recibir recursos suficientes para un despliegue más rápido. El acceso al dinero y al crédito puede ser fácil por su bajo coste pero al mismo tiempo la situación de incertidumbre existente a nivel mundial va a dificultar la realización de grandes inversiones por la dificultad de garantizar su retorno.

Por tanto aquellas empresas suficientemente ágiles como para aprovechar situaciones coyunturales en el corto plazo pero que al mismo tiempo sean capaces de mantener una línea de desarrollo orientada a una lenta pero progresiva transformación de sus productos, procesos y modelo de negocio, serán las que sobrevivan y crezcan en los próximos años.

Esta transformación a más largo plazo ha de basarse en los preceptos de la industria 4.0. y entre otras muchas voces autorizadas, así lo recoge el Ministerio de Industria en su documento sobre la industria conectada 4.0, ‘la digitalización de nuestra industria constituye una oportunidad clave para la mejora de la competitividad de la industria española en un mercado cada vez más global. De hecho, otras economías de nuestro entorno también han emprendido iniciativas para aprovecharla y, si no actuamos con celeridad, España corre el riesgo de quedar rezagada en esta nueva revolución industrial. En consecuencia, es necesario abordar una profunda transformación de nuestra industria, y el motor digital debe ser clave en este sentido’. http://www.industriaconectada40.gob.es/Paginas/Index.aspx

Por otra parte hoy en día la tecnología y el conocimiento pueden ser relativamente accesibles y las empresas pueden encontrar centros tecnológicos, universidades, proveedores y en general lo que se viene llamando ‘habilitadores’ para cualquier campo tecnológico de los incluidos en el concepto Industria 4.0. La financiación para proyectos en este ámbito también puede ser también accesible gracias a los bajos tipos de interés y también al impulso de programas específicos de financiación pública.

El mensaje por tanto es claro y meridiano y los medios existen. El camino hacia la industria 4.0 ya no es una opción y por tanto parece que la cuestión sobre la que hay que trabajar es la reducción de la incertidumbre como ya se comentaba anteriormente. Para ello hay muchas cosas que una empresa puede hacer. La apertura a centros tecnológicos, la participación activa en clusters o asociaciones y en definitiva el vencer las barreras a ‘salir’ de las paredes de la empresa resultarán elementos clave que permitirán recoger información sobre la evolución de las tecnologías, las normas, el mercado, los competidores y referentes y en general de todos aquellos elementos que pueden influir en los desarrollos de la empresa.

Sin embargo y descendiendo a un plano más operativo considero que puede haber varios factores que pueden dificultar la adopción de las tecnologías industria 4.0 en la empresa. En primer lugar una empresa especialmente si es pyme, puede verse desbordada por las posibilidades de las tecnologías del mundo 4.0. Son tecnologías con múltiples aplicaciones y se pueden encontrar muchos casos de uso, ejemplos y propuestas realizadas por multitud de ‘habilitadores’ y empresas especializadas, pero estamos hablando de tecnologías novedosas que no son del todo bien conocidas. Los casos de éxito se presentan de forma muy favorable obviando lógicamente las dificultades que seguro habrá habido en su desarrollo y en la mayoría de los casos provienen de grandes empresas. Aquí, un ejemplo de esto. Para una pyme puede ser complicado el verse reflejada en los mismos y trasladarlos a su problemática y capacidades particulares. En ese sentido el planteamiento de proyectos piloto y demostradores que puedan dar confianza en las posibilidades reales de la tecnología pueden resultar claves en el proceso de adopción.

Por otra parte cuando el enfoque del problema se hace meramente desde la tecnología, las posibilidades que se ofrecen a la empresa pueden ser muchas pero si no se conoce bien el sector, el producto y los objetivos y capacidades de la empresa, se puede errar el tiro y generar desconfianza en las posibilidades reales de aplicación. Esta desconfianza genera incertidumbre y es una barrera importante para la adopción de estas tecnologías. La pata tecnológica es importante, pero solo producirá un impacto real si se particulariza y adapta a las necesidades y posibilidades reales de la empresa sin olvidar que incluso podemos generar nuevos modelos de negocio al posibilitar nuevas formas de llevar el producto a los clientes. Es necesario por tanto conocer bien el contexto de los productos y mercados para ser capaces de plantear soluciones con posibilidades de éxito y que generen impacto. No basta solo el conocimiento tecnológico.

Adicionalmente el verdadero potencial del mundo 4.0 se alcanzará por combinación de tecnologías y no solo por ejecutar desarrollos de manera independiente centrados en alguna de ellas. Así por ejemplo, de poco servirá sensorizar nuestras líneas de producción si luego no somos capaces de analizar toda esa cantidad de datos para extraer información o si no somos capaces de alimentar modelos de simulación con los que conseguir un mayor conocimiento del proceso estudiado. Por lo tanto resulta necesario una cierta visión holística y un conocimiento multidisciplinar amplio para vislumbrar estas interrelaciones que no siempre está presente en las pequeñas y medianas empresas.

Seguramente puede haber otros factores pero estos tres me parecen que constituyen las barreras iniciales que se pueden presentar. Siendo conscientes de esto y con este enfoque, desde ITAINNOVA hemos realizado un planteamiento de diagnósticos de Industria 4.0 que pretenden ayudar a la empresa a identificar y priorizar proyectos de implantación de estas tecnologías que giran en torno a tres elementos principales; el análisis inicial del posicionamiento, objetivos estratégicos y capacidades de la empresa, el conocimiento de productos y sectores que el Instituto tiene (en sus campos de actividad) y las capacidades multidisciplinares del centro que permite el planteamiento de proyectos de integración de múltiples tecnologías.

La metodología utilizada se basa en desarrollos anteriores de ITAINNOVA dentro de programas como el de ‘Rutas Tecnológicas’ y viene a sumarse a la actividad técnica y de formación del Instituto para seguir liderando el camino hacia la Industria 4.0.

el desafío de la Industria 4.0, pero ¿por dónde comenzamos?

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