la productividad es la relación entre la cantidad de productos obtenida por un sistema productivo y los recursos utilizados para obtener dicha producción

La productividad es una medida económica que calcula cuántos bienes y servicios se han producido por cada factor utilizado (trabajador, capital, tiempo, costes, etc) durante un periodo determinado. Por ejemplo, cuanto produce al mes un trabajador o cuánto produce una maquinaria.

El objetivo de la productividad es medir la eficiencia de producción por cada factor o recurso utilizado, entendiendo por eficiencia el hecho de obtener el mejor o máximo rendimiento utilizando un mínimo de recursos. Es decir, cuantos menos recursos sean necesarios para producir una misma cantidad, mayor será la productividad y por tanto, mayor será la eficiencia.

Teniendo esto en cuenta, la fórmula para calcular la productividad es el cociente entre producción obtenida y recursos utilizados.

Productividad = Producción obtenida / factor utilizado

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Por ejemplo, para calcular la productividad de un país podemos dividir el PIB entre el número de horas trabajadas. El resultado será cuánto se ha producido en el país por cada hora.

La productividad en España, Aqui os muestro este gráfico:
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¿Por qué es tan importante la productividad?

El aumento de productividad es tan importante porque permite mejorar la calidad de vida de una sociedad, repercutiendo en los sueldos y la rentabilidad de los proyectos, lo que a su vez permite aumentar la inversión y el empleo.

Para una empresa, una industria o un país, la productividad es un factor determinante en el crecimiento económico. Cuando se estima la tendencia de crecimiento a largo plazo de un país se descompone en dos componentes principales: los cambios en el empleo (que dependen a su vez del crecimiento de la población y de la tasa de empleo) y la productividad (que depende sobretodo del gasto en bienes de capital y de los factores productivos que veremos más abajo).

La productividad es el motor del crecimiento económico de un país y de una organización empresarial. Productividad es sinónimo de prosperidad para empleados y patrones.

Dado que estamos en una economía de servicios (70-80% del valor añadido corresponde al sector no fabricante), los enfoques tradicionales de la productividad tienen poco que contribuir en el campo de los servicios y del conocimiento, p.ejemplo, Taylor.

Para la economía de un país la clave está, por tanto, más en la productividad de susservicios que no en su industria. Esto se debe al simple hecho de que el peso de los servicios es casi 4 veces mayor. El presente y el futuro está en las empresas tecnológicas.

Las nuevas medidas de productividad se preocuparán menos del volumen de fabricación y más del contenido en valor añadido y en calidad.

El modelo de la era industrial está ahora siendo seriamente cuestionado. Las mayores mejoras en productividad no proceden de las máquinas, tecnologías o de los incentivos, sino de lo bien que los directores utilizan la tecnología para satisfacer al cliente, escuchándolo en mayor medida, y de si estas mejoras satisfacen los objetivos estratégicos. La robótica, la digitalización y la industria 4.0 son grandes oportunidades.

La orientación hacia el cliente interno y externo, una escucha activa, la metodología lean startup, las prácticas directivas correctas, la buena organización del trabajo y unos objetivos estratégicos que se comprendan claramente, constituyen la diferencia. ¿Que otra explicación puede haber para que las empresas industriales extranjeras (primordialmente japonesas) en Gran Bretaña alcancen niveles de productividad un 45%
mayores que los de sus homólogas británicas?

La clave está en su superior capacidad para dirigir la fuerza de trabajo, pues los recursos humanos y tecnológicos son los mismos. Unos buenos directivos son clave.

Muchos gerentes asocian el éxito competitivo con menos trabajadores, en lugar de con la capacidad de los directivos de incrementar el valor producido por esos trabajadores.

Es más fácil reducir el input que incrementar el output.
La reducción de personal puede ayudar a mejorar la productividad en el corto plazo, pero ¿qué pasará en el largo plazo?, ¿cuánto daño han provocado en sus competencias futuras?


No hay evidencias empíricas de que la reducción del tamaño, o del personal, haya ayudado, a largo plazo, a mejorar la productividad, salvo en pequeñas excepciones.


El problema fundamental es la mala dirección. La calidad de la dirección es la clave de la productividad, es la clave de la prosperidad, para Taylor y para Henri Fayol.

Pocas empresas tienen en cuenta el efecto que tienen los trabajadores temporales sobre su calidad de servicio, sobre la satisfacción, fidelización y retención de clientes.

La historia empresarial ha demostrado que las empresas con políticas de empleo más estables han proporcionado mejores servicios y han terminado siendo más rentables.
Los trabajadores temporales están para ganar dinero y no para cumplir la misión, valores y visión corporativa. Su compromiso es menor, salvo los que buscan estabilidad.
Los costes de los empleados temporales y los altos niveles de rotación de empleados resultantes pueden ser enormes y, a menudo, quedan ocultos por los estados contables tradicionales. No nos informa del coste de seleccionar y formar nuevos trabajadores.
La reingeniería no ha demostrado aportar mejoras a la productividad.
La satisfacción del cliente está arraigada en la satisfacción y retención del empleado más que en cualquier otra cosa. A la hora de prestar un servicio se nota la experiencia.

La tecnología que sustituye a los trabajos repetitivos y monótonos ha dado resultados.
La tecnología puede ayudar a reducir el tiempo invertido en una tarea concreta, pero no mejora necesariamente la calidad o el contenido del servicio. Esto es de particular aplicación en el contacto con el cliente, donde lo que cuenta es la atención y el servicio.
El cliente ni sabe ni le importa lo sofisticada que es la tecnología que está detrás del
servicio. Una sonrisa placentera y una preocupación sincera, sigue llegando muy lejos.
Rediseñar el trabajo es la verdadera solución a largo plazo para los problemas de productividad. Buscar una mayor colaboración de empleados con propietarios es clave.
En muchos casos, la tecnología dificulta la productividad.
En General Electric en su día decidieron sacar la automatización de las fábricas y han dado a los trabajadores una flexibilidad y una autoridad sin precedentes para decidir la nueva manera de hacer su trabajo. Fomentaron la creatividad típica del ser humano.
La capacidad directiva es lo que conduce a una actuación de superior calidad. La lógica es clara y consistente:
✓ La delegación reduce retrasos en obtener la aprobación de la dirección.
✓ Las asignaciones especializadas limitan las distracciones.
✓ Un equipo de pequeño tamaño facilita la coordinación.
✓ Niveles de habilidad más altos apoyan el juicio necesario para la flexibilidad en cambios de programación y de diseño.

Sin embargo, alcanzar esta capacidad no depende de la sustitución de la gente por automatización y tecnología de la información. Los procesos de negocio sencillos reducen la necesidad de automatización y tecnologías de información (TI) de las empresas.

El tema clave es el desarrollo de toda la fuerza de trabajo permitiendo la delegación de la responsabilidad, no el tamaño de la inversión en TI.

El aumento de trabajadores fuera de la oficina requiere confiar en ella. Si existe una filosofía de control en las empresas, el tele-trabajo podrá generar dificultades.

Las claves de la productividad es lograr una buena estrategia y una buena ejecución de la misma. Bajo la perspectiva de sistema, los directivos tienen el mayor poder de hacer lo más productivo, pues en sus manos está:

✓ Mejorar el pensamiento estratégico y la planificación estratégica escuchando a los clientes. La estrategia no debe ser valorada única y exclusivamente por los directivos, pues ello restará calidad a la estrategia, serán meras hipótesis, y pueden estar alejadas de la realidad. Por tanto, la calidad de ejecución también será inferior.
✓ Despojarse de la mentalidad industrial, del trabajo en cadena, donde las personas son “cosas”, “utensilios”, que se pueden sustituir sin problema y sin costes añadidos.

✓ Darse cuenta que los trabajadores tienen tanto o más poder en lo que a la productividad respecta. En la economía basada en los servicios, la creatividad y la calidad de la atención personal ganan en importancia. Ambas son difícilmente exigibles. Los trabajadores las darán en su máximo expresión, si se sienten respetados, valorados, reconocidos y partícipes de las decisiones y de los beneficios que se deriven.


✓ Aumentar la conciencia empresarial de los trabajadores, dándoles más información y formación. La remuneración debe ser en base a los beneficios colectivos, y a la aportación de valor realizada.


✓ Preocuparse de crear un marco adecuado para lograr una alta satisfacción de los empleados. Recursos, formación y apoyo para lograr los objetivos solicitados.

✓ Lograr un mayor compromiso, involucración y responsabilidad por parte del trabajador. Escuchándolo, dándole mayores y mejores herramientas, como la formación.

✓ Ser un punto de apoyo y ayuda para el trabajador y no un estorbo. Los directivos deben convertirse en coachs. Ayudar a lograr los objetivos y no limitarse a exigir.

Las claves de la productividad en las organizaciones: Parte I

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