Los milenials comienzan a ser antiguos y la generación que irrumpe en el mercado laboral, conocida como la Z, viene con las ideas muy claras. Las virtudes pueden convertirse en defectos, también a la inversa, depende de cómo se mire. Pero hay que hacer un retrato generalizado de una nueva hornada de personas para entender qué papel van a jugar en la próxima década .

Son jóvenes que se mueven sobre los 25 años, con mucha ambición, pero más exigentes que los mileniales: ellos marcan las condiciones , saben lo que quieren y si no lo encuentran, se marchan aunque la oferta sea muy golosa.

Entienden e interpretan el mundo laboral de manera diferente. Muchos prefieren aprender creando su propia empresa que adquirir experiencia como empleados de otros empresas. Por encima de todo están sus sueños primero, antes de los sueños de los demás. Y cuanto antes puedan dedicarse a estos mejor. No están dispuestos a esperar y aplazar sus sueños”.

Los hábitos, también en el terreno laboral cambian por completo: “No los llames por nada del mundo, la llamada de teléfono ha muerto. Es más cómodo y seguro escribir que hablar. Releerse antes de decir. Y si hablan mejor primero grabar Ahora bien, no todo son comodidades, flores y violas en las redes. El lado oscuro también existe representado por los haters , pero estos ya se han normalizado y forman parte del juego. con ellos. De alguna forma la crítica y el odio ya es algo habitual e incluso en cierto modo positivo, ya que ayudan a hacer ruido, generar debate y notoriedad”.

Así pues, ¿esta manera de entender la vida es mejor o peor? Es difícil y erróneo generalizar, pero muchos de ellos son distintos. Sin tantos complejos. Rebeldes e inconformistas, pero también es cierto que en ocasiones son interpretados como perfiles de riesgo y pueden ocasionar ciertos vértigos a las empresas. Ésta es la defensa que hace Garcia de ellos. “Ya no existe el miedo al fracaso ni el sentimiento de vergüenza por equivocarse. El fracaso incluso gusta y se aplaude. Ya no es un tabú. Se reconoce el valor de intentarlo una y otra vez. Se estimula el atrevimiento. El fracaso proviene del latín ‘fracassare’ que significa romper. Estas generaciones quieren romper. Les seduce la rotura y la innovación”.

Si entramos en la comparativa, los de la Generación Z han recibido la influencia de sus padres, nacidos entre los años 80 y 2000 . Estos padres ya no transmiten ideas obsoletas a sus hijos como las que ellos recibieron. Ya no han seguido transmitiendo el mensaje de “elige un trabajo estable de por vida”, y “escoge estudios con salida”, sino lo contrario. El mensaje que han recibido estos jóvenes tanto por los padres como por sus profesores ha sido otro: “Escoge lo que más te guste hacer y lo que mejor sepas hacer”. Han sido liberados.

Y si miramos a una generación más allá, la tendencia que marca la Z todavía se hace mayor. La última generación nacida entre 2010 y 2025 son llamados como los Alfa. Hay una gran mayoría de todos ellos que no quieren trabajar para otros, no les gusta la idea de recibir órdenes, ni tener jefes. Necesitan sentirse libres y sentir que están creando su propia historia, sus propios proyectos y, si se equivocan, volverán a empezar. Tienen toda la vida por delante y tienen claro que no quieren sacrificar su vida por un trabajo que no les guste.

Nuevas generaciones, nuevas oportunidades

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