Articulo El Segre. 16/10/2020
Ingenio Leadership School. B. Arrizabalaga
Grado de Madurez Digital en tu organización
Te has preguntado, ¿cual es el grado de transformación digital en tu empresa y en qué medida estás en el camino adecuado para enfrentarme a los nuevos retos de la nueva realidad, cada vez más VUCA (Volátil, Ambigua, Compleja y Ambigua)?
Primero de todo, repasemos qué es la transformación Digital. La transformación digital no es más que la capacidad de cada empresa para adaptarse a los últimos avances tecnológicos y transformarse según las exigencias del nuevo paradigma económico y social que estos traen consigo. Sectores como el retail, las Telecomunicaciones, el turismo y los servicios financieros se han visto revolucionados con la aparición del comercio online, las redes sociales y los primeros pasos del Big Data. Sectores como la industria, la energía, la salud o las infraestructuras son las siguientes.
Hoy en día, y en las circunstancias actuales de pandemia, es critico conocer este índice de madurez digital (IMD)
Es obvio, que con su digitalización las empresas ganan en ingresos, rentabilidad y sobre todo experiencia de cliente (CX)
La transformación digital ayuda también la atracción de talento y El Employer Branding, o reputación de marca empleadora, y por tanto resultará mucho más atractiva a las nuevas generaciones que una empresa anclada en el pasado que funciona a base de tecnologías obsoletas. No es casualidad que la inmensa mayoría de los startups más exitosos de los últimos años hayan salido de la mente de Millennials o que su equipo de trabajo esté formada casi en toda su totalidad por nativos digitales, en las empresas, por lo que es imprescindible conocer el grado o índice de madurez digital de tu organización (IMD).
Entonces, si todo son ventajas, ¿por qué no todas las empresas han emprendido el camino de la transformación digital ni han llegado a un nivel de madurez digital completo?
Las nuevas tecnologías se mueven a tal velocidad que quienes no logran adaptarse van quedando cada vez más rezagados, esto sumado a la resistencia al cambio por parte de muchas empresas crea la llamada brecha digital, que aumenta con los siguientes obstáculos principales la falta de inversión y la falta de perfiles digitales.
Estos tres obstáculos a los que deben hacer frente las empresas se presentan a mayor o menor escala dependiendo de la empresa, pero en todos los casos nacen del coste que supone el proceso de transformación, la falta de integración entre las nuevas tecnologías y las existentes y la falta de formación digital por parte de los trabajadores.
Así pues, podemos ver que, pese a que el nivel de digitalización de las empresas en España se encuentra dentro de la media europea, sigue resultando imprescindible una apuesta digital por parte de las empresas para poder seguir mejorando la competitividad de nuestras empresas. La necesidad de esta transformación digital debe permear en la mente de todos los empresarios y la formación e inversión en I+D+i debe ser primordial, igual que la colaboración entre el sector privado y público para que España pueda seguir creciendo económicamente y dar acogida a grandes y pequeñas empresas que ayuden a su crecimiento y adaptación a los nuevos tiempos.
Indicador de Madurez Digital. toda empresa que quiera integrarse en el dinámico sistema económico actual y seguir siendo competitiva debe aplicar el pensamiento digital en todos sus procesos. Para tener éxito en la transformación digital es importante que las compañías sepan dónde se encuentran y dónde quieren estar. De esta manera, pueden alinear su estrategia con las tendencias del mercado y de su sector en concreto. Dicho de otra manera, las empresas deben evaluar y medir su grado de madurez digital. Midiendo las capacidades y los resultados de una organización ante el reto de la transformación digital, se obtiene el Indicador de Madurez Digital (IMD).
¿Cómo medir el IMD? la madurez digital se mide a partir de la combinación de dos dimensiones diferentes pero que están relacionadas. La primera de ellas es la intensidad digital, que “hace referencia a las iniciativas tecnológicas en las que una compañía invierte para cambiar su gestión operativa y aumentar su eficiencia y su competitividad”. Así, la intensidad digital es la suma de todas las herramientas digitales que la empresa tiene a su disposición, y de cómo las utiliza tanto a nivel interno como externo. La otra dimensión es la intensidad de la gestión transformacional, es decir, la creación de la capacidad de liderazgo esencial para impulsar la transformación digital.
Tras analizar estas dos dimensiones, se puede comprobar si la empresa se encuentra en uno de los cuatro niveles de madurez digital:
•Fashionistas: organizaciones con excelentes recursos digitales pero sin visión de liderazgo.
•Principiantes: empresas con poca iniciativa o conocimiento digital y sin liderazgo.
•Conservadoras: empresas reacias a tomar medidas para la transformación digital.
•Digeratis: empresas con una amplia gama de herramientas que se utilizan en todos los departamentos.
“Conocer la madurez digital de las organizaciones, es el elemento clave para iniciar su transformación”, el IMD está ligado a dos factores: la capacidad de liderar las iniciativas digitales, un aspecto que sobre todo está ligado a la estrategia y la cultura de la empresa; y a la capacidad de ejecutar la transformación digital, un factor relacionado con la disposición de la organización y la madurez tecnológica. Por tanto, la madurez digital no solo está ligada a la tecnología, sino también a las personas y la cultura.