Articulo – El Segre 2/10/2022 – Ingenio – Arrizabalaga

El liderazgo liquido

Cuando analizamos las principales diferencias entre un material sólido y uno líquido, nos encontramos que la diferencia fundamental entre los dos estados radica en la resistencia a la separación de los átomos; mientras que el sólido ofrece una gran resistencia a esa separación, el líquido experimenta grandes cambios cuando es sometido a tensión, dando lugar a las llamadas organizaciones liquidas, mucho más resilientes, que están imponiendo hoy en dia.

Si trasladamos este principio de la química básica a la realidad empresarial actual, la fricción viene catalizada por el entorno volátil e incierto en el que nos encontramos, agravado por la situación económica vivida en los últimos años.

En estos contextos, las compañías necesitan maximizar su capacidad de cambio y de adaptación a las nuevas realidades socioeconómicas, y es precisamente el trasladar la idea de “líquido”, a las organizaciones, donde surge el concepto de modernidad empresarial y modelos de organización líquidos.

El liderazgo líquido es un liderazgo compartido que lleva implícita la competencia de los empleados y de los grupos para adaptarse a los cambios disruptivos, sin dejar de evolucionar y de adquirir y aplicar conocimientos.

“La modernidad líquida” el que introduce este concepto señalando que “surfeamos las olas de una sociedad líquida siempre cambiante, incierta y cada vez más imprevisible” y es este principio, el que, aplicado a los modelos de liderazgo, concluye en la necesidad de un liderazgo líquido en el entorno empresarial actual. (Bauman / 2002).

Los modelos tradicionales de liderazgo, que atribuyen a un único líder cualidades especiales y únicas, no son apropiados para responder a las expectativas cambiantes e inciertas de las organizaciones actuales.

En esta búsqueda surge de nuevo el concepto de Liderazgo Líquido, donde lo líquido lo representa la capacidad y fusionarse de adaptarse a los cambios del entorno, y esta adaptabilidad no está asociada a una sola persona, sino a las competencias de la propia organización.

El único camino para solucionarlo es “Licuar” las organizaciones y los liderazgos.

El nuevo liderazgo líquido requiere mucho de «remangarse». La agilidad, como distinción de la rapidez, implica ser capaz de moverse en aguas turbulentas. Y sobre todo con la velocidad necesaria para satisfacer los deseos del cliente y del entorno.

Por ello, la formación a los mandos intermedios en liderazgo líquido es una de las formaciones más críticas que debemos abordar con urgencia.

Es el Liderazgo líquido, una propuesta estratégica para enfocar de forma eficiente la incertidumbre y riesgo. El liderazgo líquido es una proposición como una respuesta a las necesidades de complementariedad de las organizaciones actuales.

Citando a un gran ídolo mío, y haciendo analogías a todo lo que el deporte me ha enseñado de liderazgo, os dejo esta cita para reflexionar “El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos” Michael Jordan.

El liderazgo líquido

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