Muchas PYMEs no emplean el tiempo y la dedicación suficiente para realizar esta transformación de manera estratégica, lo que conlleva dificultades en su implementación como las siguientes:

  1. Miedo a implementar el cambio: Los errores más comunes están relacionados con no llevar a la práctica los conceptos teóricos que parecen estar tan claros y que se promueven hacia el exterior. Muchas empresas son capaces de diseñar una estrategia completa pero luego no son capaces de implementarla en el trabajo del día a día, por lo que al final se va quedando en un segundo plano y nunca llegar a realizarse.
  2. El cambio debe ser real y se debe recurrir a herramientas e iniciativas que permitan que la transformación sea palpable, y para ello es importante conocer la posición inicial de la empresa y marcar objetivos claros a corto plazo.
  3. Ausencia de liderazgo: El equipo directivo y los equipos de RRHH deben liderar la transformación y promover prácticas para que esta sea efectiva. Los directivos deben promover esta transformación y transmitir a los equipos las herramientas y la motivación necesaria para llevarla a cabo. Tienen que ser los encargados de controlar la implementación de las nuevas metodologías, controlar los resultados y dirigir la evolución en la dirección marcada en la estrategia. Por su parte, los departamentos de RRHH deben tener la formación necesaria para conocer las nuevas tecnologías y los nuevos métodos que serán interesantes aplicar en cada caso.
  4. Falta de compromiso con la estrategia: El proceso de transformación debe realizarse de manera constante. Debe ser un camino estratégico y marcado, y tener un seguimiento de su progreso para no salirse de la dirección establecida y medir el éxito que se está logrando. Este seguimiento también aportará información sobre donde se están cometiendo fallos y qué fases del proceso necesitan mejorar para poder corregirlos. ¿Los equipos se están adaptando a los cambios producidos por el proceso? ¿el rendimiento está subiendo como estaba previsto? ¿el ambiente es positivo ante el cambio y estamos mejorando la vida laboral de los empleados? ¿se están cumpliendo las expectativas marcadas? Todas estas preguntas nos indicarán si vamos en la dirección correcta y si los equipos están comprometidos con la estrategia marcada.
  5. Personalidad indefinida: Es importante ser fieles a los valores de la empresa y no querer imitar o copiar a otras que ya hayan realizado este proceso, sino esta transformación nunca será real y efectiva para el crecimiento de la empresa y de sus empleados. Además, si hacemos una transformación sin conocer los valores y los objetivos de la empresa nunca será efectiva, ya que no se adaptará a las necesidades y a las metas de la organización ni a los equipos que la forman.
  6. La transformación cultural empieza y acaba en las personas. Como la transformación digital, la transformación cultural necesita un examen y una reinvención dentro de todas las áreas de la empresa. Para ello, es necesario involucrar a las personas, ya que son quienes deben ejecutar ese cambio y adaptarse. En The Valley, mediante la colaboración con empresas de primer nivel, como Toyota, se busca impulsar la transformación preparando a los equipos para que sean capaces de obtener una visión integral de su empresa.
  7. Implementan nuevos modelos y metodologías innovadoras con los que atraer y retener el talento necesario para el crecimiento de la compañía con un proyecto basado en el uso de tres claves: los procesos innovadores en RRHH, la personalización de planes de carrera y los métodos de organización ágiles y fluidos.
Claves, desafíos y barreras en la transformación digital en las PYMES

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